Así lo que a simple vista parece un bodegón de frutas y verduras colocadas en una cazuela se transforma en el retrato de un grosero personajes si lo giramos 180 grados.
Como toda la obra Arcimboldo, tan atrevida para su época, estos bodegones invertidos no fueron considerados más que mera pintura curiosa. No sería hasta principios del s. XX cuando su obra fue reconocida en toda su dimensión convirtiéndose en fuente de inspiración de artistas como Salvador Dalí.