El pintor, escultor y grabador Antonio Seguí nació en 1934 en Córdoba, Argentina.
Antonio Seguí utiliza el carboncillo, el pastel, el lápiz o la pluma.
Sobre un fondo de agitación urbana, crea un mundo coloreado y gráfico
que parece surgir del universo de la tira cómica.
Paralelamente a
su obra pintada realiza una importante obra grabada y dibujada. El
gabinete de arte gráfico del Museo Nacional de Arte Moderno de Paris
organizó en 2005 una retrospectiva de sus obras sobre papel.
Seguí
está dotado de humor, ironía y sutileza. Lo mismo que su obra desde la
cual nos miran sus autoritarios enanos de opereta, en un mundo en el
que el humor no es sino la cortesía del horror. En el que para él los
recuerdos son experiencias. Como el tango y como Carlos Gardel.